Hace 5 millones de años aparece por evolución el género hominoideo, con rasgos propios del cuerpo humano: un organismo biológicamente inespecializado, prematuro en su nacimiento y de lento desarrollo, con una gran pobreza de instintos —ya que la conducta no le viene determinada genéticamente—, y con una gran capacidad de aprendizaje cultural.[1]
Hace 2 millones de años aparece el genoma humano, en una morfología del Homo habilis este genoma tiene capacidad para ser informado por un alma espiritual. El doctor Jérôme Lejeune expone la teoría de que el origen de la primera pareja humana proviene de un mecanismo de gemelaridad monocigótica heterocariótica. Es decir, un cigoto, con un cambio genético en algunos genes, y excepcionalmente en un conjunto de cromosomas XXY, que daría también excepcionalmente por gemelación en la primera división, con la que se inician nuevas vidas, un varón XY y una mujer XO, ambos con un mensaje genético idéntico, salvo en los cromosomas sexuales, y por primera vez genoma humano y diferente al de sus progenitores.
Capaces ambos de saberse humanos, y de reconocerse mutuamente, no sólo como tales seres humanos, sino precisamente además como hombre y mujer, se convierten en los únicos primeros padres de la humanidad entera, sin que fuera necesario para ello una barrera biológica que les separara de los otros, los no-humanos.
Hace 150.000 años, en África, el Homo habilis consigue una morfología que lleva a una nueva especie: Homo sapiens. Al menos dos veces salieron de África grupos de Homo sapiens. En ocasiones quedaron aislados, en otras colonizaron tierras y pueblos, y en diversas situaciones sufrieron extinción. No se ha dividido en especies diferentes, debido precisamente a que los mecanismos de cambio evolutivo, que conducen a un aislamiento reproductor, como es el caso de la selección natural, tienen muy poca «fuerza» en los hombres. Por el contrario, los procesos de cambio genético han permitido la existencia de una amplísima variabilidad genética individual de unos hombres a otros, creando los diferentes grupos étnicos. El hombre moderno (Cro-Magnón) sustituyó de forma rápida con una mejor adaptación y capacidad de aprendizaje a los grupos de neandertales en Europa occidental y colonizando Asia, Australia. Por lo tanto todos los hombres proceden de una primera pareja (Adán y Eva).
1López Moratalla N., Origen monogenista y unidad del género humano, Scripta Theologica 32 (2000)