miércoles, 29 de julio de 2015

Apuntes sobre la Creación

Desde la fe y la razón


    El acercamiento de la ciencia y la fé nos proporciona cada día nuevos enfoques que de por sí son difíciles de explicar en alguno de esos ámbitos, por sí solos. La observación del universo en el que nos movemos proporciona al observador matices de difícil solución. El universo sigue un principio causa efecto que Santo Tomas explicaba como causas de una Causa Universal. La mente humana es discursiva no siendo así la mente de Dios. Vivimos en un mundo caótico racionalmente ordenado. Si toda causa es efecto de una causa anterior, nos lleva a pensar que su origen es una Causa Única, indivisible, unitaria, perfecta. La teología acoge la palabra Logos para expresar esa idea original, el Verbo Divino, modelo y razón de todo. Las ideas de Dios son reconocibles por sus efectos y no por la idea en sí.

    Dios se conoce a sí mismo, en su totalidad y extensión, como Ser del que participan sus creaturas. Siguiendo a Santo Tomas, lo que en Dios es simple y único en sus creaturas es múltiple y dividido. Por lo tanto las creaturas participamos de su singularidad. Todos los seres participamos de esa Idea en la mente de Dios, esa semina dei que diferentes autores describen en cualquier ámbito de lo universal. Las formas inteligibles que vemos en el mundo participan de esa forma no inteligible, de la mente de Dios. Esta emanación inteligible es la que llamamos Creación.

    La variedad de acontecimientos del mundo son frutos de la casualidad y de esa causa primera irreductible. Los acontecimientos son efectos de la variedad de alternativas, y de las propias causas emanadas, que producen a veces efectos no deseados. Hay una estructura irreductible en esas causas  que dirigen a la Causa Universal. La Causa Primera no hay que confundirla con el primer Motor aristotélico. Éste, consideraba que un primer movimiento encadenó los subsiguientes. El término para Santo Tomas es el de emanación continua de su Ser quien soporta a sus creaturas. Si en una fuente de agua vemos un chorro de agua tiene vida propia en tanto es surtido por el agua. Pero en el momento que el agua deja de emanar a través del chorro, desaparece. 

    La doctrina del acto del ser (actus essendi), nos indica que Dios crea a los seres con la capacidad de ser causa subordinada de la Causa Inicial (la mente de Dios), y sus efectos subordinados son causados por el ser, pero adscritos al Ser en cuanto tal (ipsum esse). Por lo tanto no es posible conocerlo, definirlo o demostrarlo, salvo por sus efectos inteligibles. La causalidad de Dios no interfiere en las formas en que las causas infinitas intervienen.

    Estos principios óntologicos son básicos para llegar al punto de entendimiento entre teologia y ciencia. Una descripción exacta de nuestro universo, no significa que ese sea el universo, pero nos ayuda a entender el mundo y de forma latente e indirecta a Dios.