jueves, 4 de noviembre de 2021

La Libertad (3/3)

 

El Magisterio

    Con el Concilio Vaticano II se vuelve a retomar el sentido de libertad teologal. Así leemos “La verdadera libertad es signo eminente de la imagen divina en el hombre. Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decisión, para que así busque espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose libremente a Éste, alcance la plena bienaventurada perfección” (GS, 17). Este mismo concepto de vaciamiento de la libertad, al no estar relacionada con Dios, lo vemos en Lumen Gentium, “Este poder lo comunicó a sus discípulos, para que también ellos queden constituidos en soberana libertad, y por su abnegación y santa vida venzan en sí mismos el reino del pecado.” (LG, 36). Si eliminamos la relación con Dios de la libertad, queda ensombrecido el concepto de dignidad humana, “No hay ley humana que pueda garantizar la dignidad personal y la libertad del hombre con la seguridad que comunica el Evangelio de Cristo, confiado a la Iglesia. El Evangelio anuncia y proclama la libertad de los hijos de Dios, rechaza todas las esclavitudes, que derivan en última instancia del pecado” (GS, 41). El Concilio en Dignitatis humanae, hizo una llamada hacia la educación de la libertad, en su sentido moral, “Por lo cual, este Concilio Vaticano exhorta a todos, pero principalmente a aquellos que cuidan de la educación de otros, a que se esmeren en formar a los hombres de tal forma que, acatando el orden moral, obedezcan a la autoridad legítima y sean amantes de la genuina libertad;…” (DH, 8).

Catecismo de la Iglesia Católica

    En el Catecismo encontramos lo que la doctrina dicta sobre la libertad, entre los números 1730-1748. Dios creo al hombre con su libertad para que libremente se adhiriera a Él sin coacción. El hombre tiene una originalidad dentro de la creación, que le hace ser diferente, la libertad. Con ella puede alabar la gloria de Dios, fin de la creación, o puede negarla, a través de sus pecados. Pero la libertad debe ser orientada por el hombre, en un sentido u otro, aunque solo tiene perfección la libertad si está orientada a Dios, (CEC 1731). La libertad se relaciona con responsabilidad, si el hombre puede elegir entre el bien o el mal, en su uso de la voluntad crecerá en la perfección o se desviará hacia el pecado. El hombre vive condicionado, pero no predestinado, tanto por condicionamientos externos voluntarios como los involuntarios y también por condicionamientos internos que nos impide lograr la libertad interior, como la concupiscencia. El uso de la voluntad y la razón implica que el uso de la libertad conlleva una responsabilidad, que puede disminuir por causas de ignorancia, temor, hábitos, y otros factores psíquicos o sociales, (CEC 1735). La ignorancia ha de entenderse desde la perspectiva moral, Dios conoce el interior de cada uno de nosotros y conoce el grado de conocimiento e ignorancia y el grado de culpabilidad que pueda tener en ellas. Dios nos pide responsabilidad sobre lo que hemos conocido en nuestra conciencia "como bien y como mal".

    Ante la esclavitud del pecado, al que el hombre se encadena por el mal, está la liberación de la justicia y el bien. Con el uso de la libertad nos relacionamos con los demás y debe ser reconocido como parte integrante de la propia dignidad humana (CEC 1738). Pero no significa que la libertad permita decir o hacer cualquier cosa, la libertad no constituye un “derecho al error”. Dios ve en nuestro interior la verdad y la mentira. El uso de la libertad en este sentido, implica conocimiento cierto de que estamos en el error. Nunca puede esgrimirse la libertad como instrumento de autosuficiencia, porque entre otras cosas, la autosuficiencia lleva hacia la esclavitud. Esta esclavitud viene dada en cuanto confundimos medios por fines, “Estas situaciones de ceguera y de injusticia gravan la vida moral y colocan tanto a los fuertes como a los débiles en la tentación de pecar contra la caridad.” (CEC 1740).

    La libertad se inserta en la economía de la salvación, estando debilitada por el pecado original, es fundamental para la salvación que trajo Cristo con su Cruz. Esta gracia que nos entrega Cristo, no supone ninguna merma de la libertad, siendo un elemento de crecimiento, cuando somos capaces de abandonarnos en ella, y que a través del Espíritu Santo nos eleva hacia Dios. Cristo ha redimido nuestra libertad, condicionada por el pecado. Para ello Cristo nos libera a través de su obediencia, conceptos que pueden parecer excluyentes. Obediencia consciente, libertad, verdad y gracia, son los elementos que refuerzan la libertad humana. (CEC 1741-1742). Jesucristo insistía en que “32conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. (Jn 8, 32).

Gracia y libertad

    Dios quiere la salvación para todos, para ello concede la gracia que es eficaz en aquellos que se salvan, pero en los que no se salvan es por voluntad propia ya que el hombre en uso de su libertad “puede contradecir la gracia, si quiere”, (Concilio de Trento). Ante esta afirmación, la cuestión es de si la eficacia de la gracia es por si misma o por su consentimiento. En el s.XVI surgió una controversia sobre este punto entre jesuitas (Luis de Molina) y dominicos (Domingo Báñez). Para los primeros es necesaria la voluntad para hacer eficaz la gracia, los segundos afirmaban que la gracia es eficaz por si misma. Ninguna de las dos daba una solución satisfactoria, por el misterio que supone que la gracia, sobrenatural, y la libertad, que pertenece al orden natural, no son principios homogéneos que actúen en el mismo plano. El papa Clemente VIII (1594), prohibió a ambas partes calificar de herética a la otra. Sin embargo, esto no excluye, que la gracia y la libertad están interrelacionadas. Dios tiene la iniciativa en el hombre a través de la gracia y la plena libertad del hombre es la que responde. Por lo tanto la gracia previene y prepara la libertad del hombre, suscita la libertad, da respuesta a las aspiraciones profundas de la libertad humana, llamando a su cooperación y la sana, no la merma. (CEC 2022). Esto nos lleva a la idea del mérito y su relación con la gracia. La tradición y el magisterio mantienen el equilibrio entre ambas, siendo la gracia acogida de forma activa por el hombre, transformando su obras y no destruyendo su naturaleza. Sus actos responden ante lo sobrenatural de la gracia, con responsabilidad por estar vinculados a su voluntad libre y que, además, ante Dios tienen carácter meritorio.

Conclusión

    Elementos clave que se relacionan con la libertad son la gracia y la justificación. La libertad fundamental y sicológica pertenece a la propia naturaleza humana. La libertad, en el sentido cristiano, la tiene que conseguir el hombre cooperando con Dios y respondiendo a su gracia. La libertad en el sentido cristiano tiene un fin escatológico. La gracia es don divino, pero con la libertad, el hombre está capacitado para acogerla o no rechazarla. La libertad no está anulada por la presciencia de Dios que tiene en su mente pasado, presente y futuro; tanto lo sucedido, como lo no sucedido, o por suceder. Sin embargo el hombre está predestinado desde antes de la creación del mundo a su vocación para la santidad, Dios quiere que todos los hombres se salven. La gracia prepara y previene la libertad del hombre, siendo necesaria su cooperación. La justificación tiene su recorrido desde la gracia preveniente al mérito, es decir desde la gracia a las obras. No hay justificación sin obras, no hay mérito (obras) sin libertad. Con Cristo nuestra libertad debilitada por el pecado original, es sanada, siendo el bautismo el modo ordinario de acceder a Su gracia redentora.

Bibliografía

General

- Toraño López E., Antropología teológica, Guía de Estudios ISCCRR, Madrid 2019

- Scola A., Marengo G., Prades J., Antropología teológica, EDICEP

- Sagrada Biblia, web oficial CEE, https://conferenciaepiscopal.es/biblia/

- Documentos Concilio Vaticano II, web oficial del Vaticano, http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/index_sp.htm

- Catecismo de la Iglesia Católica, Asociación de Editores del Catecismo

-G. Lobo, La libertad del hombre, http://www.es.catholic.net/op/articulos/7185/cat/382/la-libertad-del-hombre.html#modal

Sobre controversia de auxiliis

- Hevia Echevarría J.A.; http://www.nodulo.org/ec/2003/n013p01.htm