En la Santa Misa se renueva y perpetúa el sacrifico de Cristo en la Cruz. Jesucristo se ofreció al Padre para el perdón de nuestros pecados y para que todos los hombres puedan entrar en el cielo. Se vuelve a reproducir, de forma incruenta, el sacrificio del calvario, obteniendo los mismos fines y produciendo los mismos efectos que el sacrificio de la cruz de Jesucristo. (CEC 1364)
La Misa es un acto colectivo de culto a Dios. Todos tenemos obligación de dar culto a Dios. Y no basta el culto individual que cada cual puede darle particularmente.
* La Santa Misa persigue cuatro fines:
Adorar a Dios de forma colectiva.
Satisfacer por los pecados, los nuestros y los de todos los cristianos vivos y difuntos.
Para dar gracias a Dios por todos los beneficios que recibimos, tanto los conocidos como los desconocidos
Para pedir favores por nuestra alma y nuestro cuerpo, por la obtención de bienes espirituales, materiales, sociales y personales.
Todos los fieles que asisten al Sacrificio Eucarístico lo ofrecen también al Padre por medio del sacerdote, quien lo realiza en nombre de todos y para todos hace la Consagración.
La Santa Misa se ofrece solo a Dios, a quien únicamente debemos adoración. Cuando se celebra en honor a la Santísima Virgen o en honor a algún santo, lo que se hace es pedir de forma solemne su intercesión.
El hombre obtiene su salvación en comunidad y en función de su respuesta personal al llamamiento de Dios. Hay un componente comunitario y otro personal.
* No voy a misa porque...
No siento nada: el cristianismo no es cuestión de emociones, sino de valores. Una madre prescinde de si tiene o no ganas de cuidar a su hijo, pues su hijo es para ella un valor.
No tengo ganas: La voluntad no coincide siempre con el tener ganas. Tú vas al dentista voluntariamente, porque comprendes que tienes que ir; pero puede que no tengas ningunas ganas de ir.
No tiene sentido: Hay que saber descubrir el valor que tienen las cosas para poder apreciarlas. A nadie puede convencerle lo que no conoce. A quien carece de cultura, tampoco le dice nada un museo.
No me apetece: Si la Misa fuera una diversión, sería lógico ir sólo cuando apetece. Pero las cosas obligatorias hay que hacerlas con ganas y sin ganas. No todo el mundo va a clase o al trabajo porque le apetece.
El sacerdote predica mal: Dejar la misa porque el sacerdote predica mal es como no querer tomar el autobús porque el conductor es antipático.
Bibliografía
Jorge Loring, S.I., Para Salvarte, (JL Ediciones Católicas, México 200456)