martes, 11 de julio de 2023

Historia de la Iglesia. Capítulo II

 

Nuevas herejías. Las persecuciones.

    Los romanos ven a los cristianos como una secta, a pesar de que observan en ellos que se reúnen, rezan, comparten sus bienes, son respetuosos, recatados, demasiado honestos. Comienzan las calumnias populares:

  • los cristianos son ateos porque no adoran al emperador romano;

  • practican el incesto (fiestas edipeas), amarse los unos a los otros;

  • practican antropofagia con niños (fiestas tiesteas), creen los paganos que la eucaristía se basaba en comer la carne y beber la sangre de un niño;

  • Son ignorantes e incultos, minan los valores romanos, aceptan en igualdad a la mujer, a los niños a los desfavorecidos.;

  • Son malos ciudadanos, no practican los cultos de la ciudad ni adoran al emperador, no quieren ser magistrados ni soldados.

  • Su doctrina es opuesta a la razón, Dios no puede abajarse en un niño, la resurrección de los cuerpos es mentira,

En el siglo II continúan algunas herejías iniciadas en el siglo I y brotan otras nuevas:

  • Docetismo, Cristo tenía apariencia de hombre pero no era hombre

  • Gnosticismo, lo sigue extendiendo Marción (marcionismo), Simon el Mago, Epifanio, Valentín

    • Marcionismo, solo acepta el Nuevo testamento, el antiguo presenta a un Dios cruel. Solo se salvarán las almas y no los cuerpos. Jesús no tuvo verdadera naturaleza humana.

  • Montanismo, Montano en el 170 se proclama profeta del Espíritu Santo, segunda venida de Cristo inminente, vida moral estricta, no casarse.

  • Novacianos, Iglesia debe formarse solo por los puros, apostasía pecado irremisible, así como la idolatría, el adulterio y el homicidio.

  • Lapsi, renegaron de su fe por las persecuciones.


Perseguidores de los cristianos                                                                     

    Roma se tambalea, en el siglo III comienzan las invasiones bárbaras y aumenta la inestabilidad política. El cristianismo es un objetivo a destruir y continúan las persecuciones para intentar anularlo.

  • Tiberio, 35, quiso legitimar al cristianismo en el senado. Reacción opuesta, los senadores sientan las bases para perseguirlos
  • Nerón, 64, incendio de Roma, acusa a los cristianos de provocarlo
  • Domiciano, 96, persecución breve pero muy violenta. Apóstol Juan desterrado a Patmos.
  • Trajano, 98-117, crucifica a Simeón obispo de Jerusalén, 107; arroja a las fieras a Ignacio de Antioquía, 110.
  • Adriano, 117-138, persecuciones menos violentas.
  • Antonino Pio, 138-161, favorecía a los cristianos; martiriza a Policarpo de Esmirna, discípulo del apóstol Juan.
  • Marco Aurelio, 177, primera persecución importante en Vienne y Lyon (Galia)
  • Septimo Severo, 193-211, acusa a los cristianos de la peste y hambruna del imperio, en 202 ley que prohibía la difusión del judaísmo y cristianismo
  • Maximino, 235-238, Orígenes se salva escondiéndose.
  • Decio, 249-251, obligaba sacrificios a los dioses paganos, tremenda persecución, captura los bienes del clero.
  • Valerio, 258, restituye a la Iglesia sus bienes, 40 años tranquilos
  • Diocleciano, 303, mucha violencia y crueldad.

    Desde Roma el Papa mantenía la unidad de fe en el mundo conocido: África, Siria, Alejandría. A partir del siglo III hay una estructura en la Iglesia compuesta por obispos, sacerdotes, diáconos, subdiáconos, acólitos, exorcistas, lectores, porteros (ostiarios). El obispo preside los sacramentos pero la extensión de la Iglesia hace que los sacerdotes tengan que cubrir oficios hasta ahora reservados a los obispos. Las diaconisas se encargan del bautismo y unción de las mujeres.

    San Cipriano, 249, obispo de Cartago, da como solución para los lapsi que vuelven a la Iglesia, que sean de nuevo bautizados, lo que choca con el criterio del papa Esteban I, que alude a la autoridad moral y jurídica de la Iglesia de Roma sobre las demás, aduciendo que los ya bautizados, aún por herejes, sean admitidos sin nuevo bautismo. San Cipriano argumentó que “extra Ecclesiam nulla sallus1

Libros sagrados                                                                                             

    Era frecuente la lectura de la “historia de los apóstoles” en las reuniones que hacían los primeros cristianos. Pronto surgieron por doquier libros de todo tipo, con lo que hubo que filtrar aquellos que eran verdaderamente inspirados, el criterio fue: su apostolicidad (que fuera directa o indirectamente escrito por los apóstoles o sus discípulos) y que fuera mayoritariamente leído en las comunidades apostólicas.

Primeras Iglesias                                                                                            

    A partir del siglo III se comienza la construcción de las iglesias, como lugar de culto. Diocleciano ordenó su demolición. A partir de Constantino, 313, el culto empezó a ser público y solemne. Los primeros lugares de reunión fueron casas particulares, catacumbas en las épocas de persecución e incluso las mismas sinagogas.

Conclusión capítulo II                                                                                     

→ Continúa la expansión del cristianismo. Roma los ve como una secta peligrosa para la estabilidad del imperio. Intentan hacerlos desaparecer persiguiéndoles y martirizando a sus fieles. Las peores persecuciones fueron la de Decio, 249 y la de Diocleciano, 303, que fue especialmente sangrienta y cruel.

→ Se consolidad y amplía la estructura eclesial, se normalizan los escritos sagrados, se comienzan a construir iglesias.

→ Gracias al Primado de Roma se mantiene la unidad de fe y de doctrina. Se consolida como autoridad jurídica y moral ante las iglesias locales.



1Fuera de la Iglesia no hay salvación.

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