Para conservar la gracia santificante hasta la muerte, que nos eleva al orden sobrenatural, Dios nos dona unos preceptos para conseguirlo.
1-Ley natural
Impresa por Dios en la naturaleza humana, en nuestro corazón. Son normas morales claras y elementales. Se divide en:
Preceptos primarios y universales. Son evidentes para cualquiera con uso de razón: (P.Ej. Hacer el bien y evitar el mal)
Preceptos secundarios. Provienen de los preceptos primarios, se aceptan sin ningún razonamiento especial (P.Ej. El Decálogo)
Conclusiones remotas. Parten de los preceptos primarios y secundarios y se necesita un razonamiento más o menos profundo para su conocimiento: (P.Ej. El matrimonio es indisoluble, el aborto procurado es ilícito)
2-Ley divina positiva
Expresada de forma evidente por Dios en la revelación, por dos motivos: el hombre tiene oscurecida la razón y no llega a discernir lo correcto; el hombre debe conocerla porque está destinado al orden sobrenatural. Su característica es que evoluciona a lo largo del tiempo hasta la llegada de Cristo:
En tiempos primitivos, antes del Decálogo existían preceptos rudimentarios: santificar el sábado, unidad del matrimonio, circuncisión. Estuvieron vigentes en el pueblo israelita hasta la promulgación del Decálogo.
Ley Mosaica, desde la promulgación del Decálogo hasta la llegada de Jesucristo. El Decálogo es universal y afecta a toda la humanidad. Los preceptos judiciales y ceremoniales d ella Ley mosaica solo afectaban al pueblo judío y fueron abrogados por Jesucristo, culmen de la revelación de Dios al hombre.
La Cristiana, promulgada por Cristo y sus apóstoles. Sus propiedades son: universalidad, para toda la humanidad; inmutabilidad, hasta el fin de los siglos. Obligan desde la aceptación de la fe y el bautismo
3-Leyes de la Iglesia
La Iglesia puede imponer preceptos para el mejor cumplimiento de la ley divina. En general se dividen en:
Mandamientos de la Santa Madre Iglesia: oír misa los días festivos, confesión anual o en peligro de muerte, comunión pascual, ayunos y abstinencias, ayudar a la Iglesia en sus necesidades.
Derecho canónico, conjunto de preceptos que persiguen la salvación de las almas (salus animae), describe las obligaciones y derechos de los miembros del Pueblo de Dios.
Bibliografía
Royo Marín, A., Teología de la Salvación, (BAC, Madrid 1965) 93-95
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